lunes, 7 de julio de 2008

Los juegos de mesa y la vida


A veces he pensado en la influencia que los juegos de mesa con que jugamos en la niñez tienen en el modo en que enfrentamos nuestra vida adulta. El juego en la niñez es un espacio reglado, una aventura que puede repetirse muchas veces teniendo éxito unas y perdiendo o fracasando otras. La pérdida o la ganancia pueden repertirse muchas veces sin más consecuencias que alguna alegría efímera o algún enfado de mal perdedor. Sin embargo, cada juego es una experiencia, una simulación de algo y estuve pensando si tenía algo que ver con la vida este tipo de juegos. Elimino juegos como el Monopoly por su fuerte componente de capitalismo especulativo y también juegos como los tres en raya que lo único a lo que nos pueden enseñar es que los mínimos errores se pagan o, como decía el ordenador de aquella película clásica, el tres en raya nos enseña que hay juegos en los puede no ganar nadie, como la guerra nuclear total.

Me concentraré en tres juegos comunes y muy extendidos: el Juego de la Oca, el Ajedrez y el Parchis.

El Ajedrez es el que tiene un mayor renombre y prestigio, es el enfrentemiento de un cerebro racional contra otro dicen algunos y sirve para pensar mejor. Los más críticos con él dicen que saber jugar bien al ajedrez solo sirve para..... "jugar bien al ajedrez". La racionalidad está en el Olimpo del ser humano, en lo más alto, y cualquier juego que apele a ella tiene asegurado un gran reconocimiento.Yo me eduqué en este juego desde pequeño y no he renegado de él hasta hace poco. Cuando uno oía antes de la guerra de Iraq a un analista o a la clase política que apoyaba esa guerra, los razonamientos eran claramente de ajedrez. Describían un mundo con reglas claras, sin azar y en el que los más inteligentes triunfaban sobre los menos inteligentes con una buena jugada o con la potencia de sus piezas. Un gran ajedrez mundial en el que eliminando a un dictador, serían aclamados por un pueblo que les daría acceso a las fuentes de petroleo, bajando así éste de precio, produciendo un crecimiento económico generalizado y creando un entorno político favorable a Occidente es esta zona crítica del mundo que diera jaque al integrismo, apoyado todo esto también por otra jugada previa como fue la guerra de Afganistan.

Es obvio que nada de esto pasó como estaba previsto en el "ajedrez del mundo", pero no me negareis que no sonaba a: alfil ataca Dama, Dama come peón y caballo da un jaque doble con ganancia de la Dama. El mundo, por suerte o por desgracia, no funciona así, hay tantas variables que pueden influir, incluso una persona sola puede dar la vuelta a una situación en un país, que hacen impredecible el desarrollo de los acontecimientos, los hacen casi aleatorios. Necesitamos pues, para prepararnos para la vida, un Juego que tenga este elemento aleatorio, el azar.

El parchis lo tiene y el Juego de la Oca también. Sin embargo el parchis tiene elementos que no acaban de gustarme como enseñanza vital. Si se elimina una ficha de un contrario uno avanza más deprisa, se pueden crear bloqueos intencionados al avance de las piezas del otro para hacerle la vida más dificil o como castigo por algo que nos hizo antes, etc. Es una lucha con unas reglas que no veo que tengan una equivalencia en la vida real, tal vez haya visto algunas parecidas en El Padrino o en los Soprano, pero no en la vida que he vivido, por eso el parchis tampoco me parece el juego adecuado como "simulador vital".

La Oca es otra cosa. Es un juego antiguo, algo ancestraral e iniciático. Se habla de que es un juego alemán del siglo XI, pero lo más documentado es que Francesco de Medicis le regaló un tablero a Felipe II, causó furor en la Corte española y de aquí se extendió a toda Europa. Tiene muchos elementos que se dan en la vida, el azar te puede traer rachas de buena suerte, "de oca a oca y tiro porque me toca", o "de puente a puente....", pero tambien tiene elementos de mala suerte temporal, la carcel, la posada, el laberinto o de muy mala suerte como el pozo o la muerte que te lleva de nuevo a la casilla de salida para reinciar el juego como si de una reencarnación se tratase. Hay incluso situaciones que pueden ser buenas o malas, te pueden hacer avanzar o retorceder, según dónde y cuándo se presenten, de dados a dados, etc.

En algún lugar he leído que existe un paralelismo muy estudiado entre el Juego de la Oca y la peregrinación a Santiago de Compostela, con sus etapas y sus avatares. Incluso para los inclinados a sumergirse en lo esotético, tal vez prefieran el origen Templario del tablero ya que estos caballeros solían jugar sobre conchas de un Nautilus que tienen 63 espacios, tantos como casillas el tablero de la oca. Sea como sea, una peregrinación, es en cierto modo un viaje, un viaje que quiere representar el fluir de la existencia. Es, pues una representación de las peripecias que a uno le pueden pasar en el viaje de la vida. Sin embargo, es un juego pensado en un tiempo en el que se creía poco en la intervención del hombre en su destino y mucho en la intervención de Dios o del azar. Por eso lo único que le reprocho a la Oca es ser un juego que sólo y únicamente depende de la suerte. Es un juego medieval en eso, y no renacentista, la intervención del hombre, su libre albedrío no es importante aquí. Pese a todo sería el juego que yo preferiaría para educar a un niño en todo lo que le puede ocurrir bueno y malo en la vida y como pese a ocurrirle muchas cosas malas, uno puede recuperarse, no perder la fe y así se puede llegar al final e incluso llegar el primero. Nada da más satisfacción que pasar por varias desdichas de la Oca y, sin embargo, acabar ganando la partida, parece que nos grita: no tires nunca la toalla que "nada está escrito".

Juegos de mesa que reunan ambos elementos, azar y decisiones racionales del jugador solo conozco un tipo, los juegos de guerra, aquellos que reproducen alguna batalla famosa, con el añadido de que cada parte no cuenta con los mismos elementos de partida (fuerzas, regimientos, etc), que es algo que lo hace aún más cercano a la vida, ya que ninguno de nosotros venimos al mundo con los mismos, dondes, cualidades o físico y, sin embargo, tenemos que jugar con las cartas que nos ha dado Dios (como decía Shakespeare). Estos juegos, si uno se olvida de que están representando algo tan trágico como una batalla son juegos que reunen elementos de simulación aplicables a la vida, al menos en sus conceptos más básicos.Yo he jugado pocas veces y casi siempre ha sido con buenos amigos y con mucho tiempo por delante porque un juego podía llevarnos más de un día y te dejaba agotado, pero siempre sentía tanto la influcencia del azar como la importancia de haber tomado buenas decisiones o de haberse arriesgado o de haber sido conservador, según la situación. Son, sin embargo, juegos demasiado complejos y lentos para un niños, son más bien juegos de adultos a los que ya no tienen capacidad de enseñar sobre la vida pues ya están jugando en ella cada día. Están también descartados por eso.

Ahora que lo he vuelto a leer, no sé muy bien porque empecé este post que me lleva obsesionando hace tiempo, pero creo que fue a raiz de ver en televisión hace poco de nuevo un reportaje que mostraba los análisis y previsiones anteriores a la guerra de Iraq y me hizo preguntarme, ¿de donde arranca esta manera de pensar que nos hace ser a veces tan infantiles con temas tan serios? y pensé en los juegos. Tal vez ellos no tengan la culpa pero no hay duda que nos podemos apoyar en ellos, en especial en mi preferido, el Juego de la Oca, para hablar con los niños de las cosas alegres y tristes que les pasan a las personas en su paso por la Tierra, incluso de situaciones que estén ocurriendo en su entorno como enfermedades repentinas, accidentes, ganar un premio o un ascenso en el trabajo, la oportunidad de otro trabajo, o vivir en otro país, etc, etc.

Quiero dedicar esta reflexión tan deslabazada a mi amigo Dioni Nespral que acaba de ser padre hace unas semanas y que tendrá muchas tardes de juego de mesa por delante. Enhorabuena Dioni

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Concentrate to the things that could give information to the people.

José de la Peña dijo...

Buen consejo pero también hay que considerar que este esun espacio de expresión propio y libre y que hay dias en que uno quiere contar algo que sabe y otras veces algo que duda. Todo es información aunque no todo es conocimiento, pero hay espacio para ambos. Gracias por venir

Dioni F. Nespral dijo...

Gracias por la dedicación. me ha hecho mucha ilusión y la verdad, es que es un detalle excepcional.

Gracias Pepe

Unknown dijo...

Otra de las cosas que nos moldean cuando somos pequeños son los cuentos. Las historias y sus moralejas nos dejan cierto poso, queramos o no. Y cuando eres padre es toda una responsabilidad elegir la versión del cuento que le transmites a tu hijo...

girasol dijo...

En el juego de la oca siempre se llega a la meta, a pesar de la muerte. En el juego, la muerte es virtual, puedes empezar con una nueva ficha. Y todos los jugadores llegan a la meta, aunque uno llegue el primero
Pasándolo a la vida... la muerte es un parón, un bofetón, un momento para reflexionar. Pero el juego sigue.

Anónimo dijo...

Hola José,

Acabo de dar con tu blog y en lineas generales lo encuentro muy interesante los temas sobre los que escribes.

La información no lo es todo...
Me gustan los posts informativos, pero con los que mas disfruto
es con aquellos que sin ser informativos, invitan a reflexionar...

Sobre los juegos, hay uno interesante que descubrí por casualidad hace muy poco tiempo y al hilo de tu post aprovecho a compartir con vosotros.

Los Colonos de Catan (http://es.wikipedia.org/wiki/Colonos_de_catan)

A mi entender los aciertos del juego son:

* Tiene un aire a los juegos de estrategia de guerra que comentas ( azar+estrategia), pero pacífico... Hay que llegar a un objetivo, no machacar a nadie :-)

* Reglas sencillas, fáciles de aprender.

* El objetivo claro : Gana el que llegue primero en desarrollar sus poblados hasta conseguir 10 puntos. En general las partidas son equilibradas y todos progresan en mayor o menor medida.

* Para llevar a cabo tus planes, tienes que contar (negociar, comerciar) con el resto. Sino no te comes una rosca...

Ademas el juego es entretenido porque :

* Hay algo de azar, pero no es decisivo.

* La duración de una partida es limitada : 45'-60'

* El ritmo del juego va de menos a más... Al principio mas lento y según pasan las rondas se progresa mas rápido.

Es curioso que siendo el mismo juego, cada jugador lo enfoca a su manera. Unos más agresivos, otros más conciliadores, etc. Al fin y al cabo, como en la vida
las reglas son las mismas para todos , pero cada uno tiene su forma de entenderlas y aplicarlas.

Hay una versión online, pero recomiendo la versión tradicional,
porque permite pasar un buen rato.
Ideal para niños de 8 años a 108.

Aquí hay una explicación interactiva de las reglas
http://www.profeasy.de/colonos/index.html

Saludos,
-- Osvaldo.