domingo, 1 de febrero de 2009

Pensar es gastar sin malgastar


Esta entrada encontrada en Menéame reflexiona sobre unos datos básicos del consumo del cerebro humano en estado de reposo y con un actividad que exija una mínima concentración. El resultado es que el consumo se multiplica por 15 cuando pensamos inlcuso un poco y así, casi el 40% de la glucosa que metabolizamos la consume nuestro cerebro. En algún libro de divulgación leí que el cerebro desarrollado como el nuestro era un "lujo del cuerpo" y que ese enorme consumo hacía que el cuerpo no se pudiera permitir otro lujo, por eso (esto no gustará a los vegetarianos) un cerebro muy desarrollado solo podía sugir entre animales carnívoros. La razón es que los herbívoros tienen un sistema digestivo más complejo para transformar en porteinas su alimento, y ese sistema digestivo es su lujo que consume gran parte de su energía. Los carnívoros, al comer a los herviboros pueden ahorrarse ese lujo de sistema digestivo e invertir en la evolución en otro lujo, en el desarrollo del cerebro. El hombre es el último paso de este desarrollo (eso pese a que, como decía una noticia de hoy, que casi el 50% de los británicos no crean en la teoría de la evolución).

Pero hablando de pensar y de este juego entre la ciencia y las creencias que se da cuando se habla de evolución me trae a la cabeza el tema central de una obra de teatro excepcional que estará solo hasta fines de febrero en Madrid en el teatro Español, me refiero a "El encuentro entre Descartes con el joven Pascal" de Jean- Claude Brisville (sel mismo autor de "La cena" para los aficionados al teatro) y con dirección de Josep-Maria Flotats. Dos magníficos actores en el escenario, un diálogo inteligente y profundo, y divertido a ratos. Un personaje atractivo, Descartes, a sus 51 años, a punto de partir a Suecia para enseñar filosofía a la reina Cristina de Suecia (donde moriría a causa del frio). Un Descartes amante de la vida y de la ciencia frente a otro personaje, un joven Pascal que reniega de la ciencia, a la que había dedicado sus primeros años, para convertirse en el seguidor del abad de Ypres, una secta ultrareligiosa que ve faltas de fe por todas partes y en especial recela de los jesuitas. Un personaje que profundiza en una senda de fanatismo frente a un Descartes en su madurez que aprecia las alegrías que da la vida. Dos personas que hablan durante una hora pero que la final descubren que parten de puntos de vista tan distantes que desgraciadamente no tienen nada que decirse. Flotats es un lujo, construye un Descartes maravilloso y maduro. Me encantó. Una hora y diez minutos que recordaré siempre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial ¡!! Coincido totalmente contigo, el tiempo pasa volando en la sala del Teatro Español. Te introduces en el siglo XVII y de repente………… tienes que salir y volver al siglo XXI porque se apaga la vela…. El diálogo es magnífico. Ese Descartes que se muestra sereno con la vida y ese joven Pascal enfrentado a ella. Flotats le da genialidad a la obra (como no podía ser menos)

He leído por ahí que hay sospechas de que Descartes no había muerto de neumonía sino envenenado……… claro que……….. lo vi en wikipedia, quizás no sea la mejor fuente….. El médico que ha estudiado el caso escribió un libro “El homicidio de Descartes. Quizás te apetezca “investigar” el tema

La ubicación del teatro es perfecta para las posteriores tapas en Huertas donde discutir la obra (y otras historias) y completar la noche con un mojito o un daikiri hablando de esas películas que nos han entusiasmado en los últimos años……. (parece que estuve allí, verdad?)

José de la Peña dijo...

Exactamente como si hubieses estado allí o tuvieses una intuición de esas que solo se desarrollan en las mujeres :-))

Anónimo dijo...

No sé si los que sostienen la tesis de que el cerebro humano es el último paso de la evolución se limitan solo a medir el consumo de energía, sin ir más allá,... Pero si además quieren deducir, por el solo hecho de que consume más, que el cerebro del hombre es también el más perfecto, y de ahi, que el hombre es la criatura más perfecta sobre la tierra.... Bueno pues a esa idea de solo pueden llegar los hombres, claro. Con baremos de hombres, con expectativas de hombres. Me hace pensar en la época medieval, todo Teocentrismo. Ahora... no puedo utilizar la palabra renacentista "Humanismo" porque me parece un mal chiste. A mí el hombre (y la mujer, claro) me parece la peor plaga de la tierra, una peste aniquiladora de otros seres vivos, y hasta de sí mismo en las guerras. Sí, también capaz de actos generosos,de sacrificio, etc, etc, etc.
No debe equipararse mayor consumo a perfección. Es que si se hace así, me hace pensar en una miopía científica, encasillada, pobre.
La imagen que me ha venido a la cabeza ha sido la de los hinchas de fútbol gritando ante una victoria transitoria "Semos los mejores, semos los mejore".
Girasol

José de la Peña dijo...

Yo no comparto tan mala opinión del hombre. Es verdad que es capaz de lo más cruel y miserable, pero también de lo más sublime. El cerebro es, evidentemente el paso final d eun porceso evolutivo,pero tiene muchos defectos aunque es magnífico pra mantenernos vivios en un entorno hostil, sin embargo, para un entorno controlado como es el de las civilizaciones nuestros cerebros parecen tener algunas limitaciones. Hay mucho que trabajar en ese campo de investigación de psicología evolutiva. En fin, solo era para manifestar mi desacuerdo con esa visión del hombre tan negativa (una plaga??).