domingo, 24 de enero de 2010

Dirigir un proyecto, dirigir una orquesta

Hay muchos estilos de dirección y de directores. Muchos de ellos dan buenos resultados y consiguen sus objetivos en las empresas. Las mayores diferencias se suelen dar en la satisfacción del equipo, en como se sienten las personas que forman ese equipo que ha conseguido el resultado, tras esa experiencia de dirección. Hay mucho escrito sobre esto y yo no soy en absoluto un experto más allá de mi experiencia personal. Por eso, este video que estaba entre los que TED.com recomendaba para ver en Navidad me ha parecido tan interesante, porque cuenta esos estilos de dirección y esas reacciones de los equipos tomando como ejemplo la música clásicas y las orquetas y sus directores. Yo nunca había reparado en que hubiese tantas maneras de dirigir y todo el video fue un descubrimiento, sobre todo porque el ponente estambién un director de orquesta. Disfrutadlo!!



3 comentarios:

Leo Borj dijo...

Excelente, como todas tus recomendaciones.

Me gustaría añadir un elemento que, quizás no he captado de forma explícita en la charla, y es que buena parte del trabajo del Director no se encuentra en el momento de la representación, sino en la selección de los miembros del equipo, en el día a día, en los entrenamientos, ahí es donde se fragua también parte del éxito del resultado final de un trabajo en equipo y que queda bien patente, a mi entender, en el último fragmento de vídeo, Karajan prácticamente sin hacer nada, disfrutando del buen hacer de su equipo, el trabajo del director fue previo.

sandopen dijo...

Tienes toda la razón. Esa parte, que es esncial no se ve y sin ella no puede entenderse o puede entenderse superficialmente (el director no sirve para nada, etc). Algo que a veces pasa en las empresas, un director que hace bien su trabajo apenas se nota excepto si falta y todo lo que se hacía fácil con él se convierte en un lío. Un abrazo

Susana dijo...

¡¡ Qué maravilla !!. Muchas gracias por el vídeo. Hay una atmósfera que predomina: el gozo, el disfrute, como objetivo máximo del director para sí, para sus músicos, para el público. El gozo, el deseo de disfrutar en la tarea por encima de cualquier otra pulsión, y extendiéndose como una mancha de aceite. Esa es la clave, en el liderazgo y en la propia vida.

Maravilloso.