viernes, 16 de mayo de 2008

La teoría de la evolución y los negocios

Creo que casi todos los que hemos tenido que realizar una presentación sobre economía o sobre empesas, alguna vez nos hemos visto tentados a utilizar nuestros escasos y titubeantes conocimientos de biología para incluir esos "lugares comunes" de que "sólo las empresas que se adapten al entorno cambiante sobrevivirán" y cosas parecidas (eso si no hemos caído en esa terrible mediocridad errónea de decir que sólo sobreviven los fuertes y algo por el estilo). La verdad es que cuando el entorno cambia, y lo hace constantemente, si los cambios son pequeños, las empresas pueden adaptarse poniendo enfasis en unas actividades y decreciendo en otras ya sin demanda. Se adaptan con movimientos internos, pero si los cambios son muy rápidos o inesperados no hay empresa que se adapte por si misma y es interesante ver qué dice de verdad la biología al respecto de la teroría evolutiva.



Leyendo estos días un librito de Alianza Editorial titulado "Cuestiones curiosas de ciencia" encontré una reflexión sobre la evolución que me hizo pensar en cómo han de adaptarse realmente las organizaciones a los grandes cambios. En esa reflexión decía que no hay nada que obligue a un ser a adaptarse, que el regitro fósil demuestra que la extinción representa una respuesta muy natural (y muy común) a los grandes cambios, el 99% de las especies que han existido se extinguió. Las especies no evolucionan por necesidad o con un fin, eso es un error científico que se llama teleología y que está en la base de deficientes teorías científicas como el creacionismo. La realidad es que las especies evolucionan porque en medio de un cambio rápido, tienen la suerte de que en sus poblaciones hay organismos con variantes de rasgos que ofrecen alguna ventaja reproductiva en ese entorno cambiante. Creo que la historia que ilustra esto más claramente es la de las mariposas blancas de la zona de Manchester, las Biston Betularia, y cómo su población, que contenía al principio un porcentaje muy pequeño de variedades grises, en pocos años, durante la revolución industrial, cuyo humo agrisaba las cortezas de los abedules y que hacía que, por primera vez las blancas pasaran a ser vistas por los pájaros con facilidad y las grises no, éstas últimas pasaron a convertirse en casi el 99% de la especie.

Es decir, si hay grandes cambios, modelos de negocios que se vienen abajo y que fundamentaban una empresa, nuevas tecnologías que afectan a la fuente principal de los ingresos, o cataclismos similares, las empresas pueden extinguirse o bien confiar en la diversidad interna, en que dentro de ellas exista algún área suficientemente adaptada a los nuevos tiempos y entornos como para volver a recrear la empresa desde esa fortaleza. Gran parte del resto de la empresa inicial se extinguirá, pero sobre esa "variedad genética", que por azar se adapta bien a ese cambio, y que la empresa tenía en su interior, gracias a ese grupo de personas y de habilidades, se puede cambiar, e incluso obtener una ventaja competiva sobre los demás. Lo que resulte será otra empresa radicalmente diferente pero con la misma marca.

Por eso es importante en las organizaciones dejar que existan áreas que tengan su propia vida, que busquen caminos nuevos, que innoven en productos y también en modos de organizarse, que contengan perfiles de personas diferentes. Tener un solo perfil en una empresa, un solo tipo de empleado, aunque sea un perfil bien formado en escuelas de negocio, es un seguro de extinción si vienen mal dadas.

La teoría de la evolución sí que tienen buenas lecciones pero hay que saber entenderla bien.

Es otro consejo de la Dirección General del Pensamiento

4 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante reflexión acerca de la adpatación, aprendizaje y cambio en las organizaciones, pero no te olvides del tema del "poder" porque toda organización social es también política. Esto significa que dentro de ella hay un conflicto permanente (implícito o explicito) por la conqista del poder. Eso explica que las organizaciones apuesten más por los cambios adaptativos que generantivos. Los primeros son cambios "lampedusianos" cambiar todo para que no cambie nada. Los segundos, en tanto que generativos, unos cambios llevan a otros cambios y esta estrategia del cambio es más genuina y realmente transformadora. En realidad, cuando hablamos de tranformación y cambio tenemos que hablar de esta opción. Un abrazo // rafa casado

José de la Peña dijo...

El poder no existe cuendo hay cambios de gran envergadura en el entorno. por eso no quedó ningún dinosaurio, ni siquiera los más feroces o los más grandes, sólo los mamíferos, los que estaban preparados, casualmente, para el nuevo entorno de frio. Ninguna atalaya es tan alta para que no le llegue el cambio. Grandes organizaciones que estaban en los primeros puestos de los ranking de Bolsa en los 40, 50...han desaparecido completamente en medio de crisis fiancieras para las que no estaban preparadas o de cambios tecnológicos disruptivos (como le pasó a la telegrafía al aparecer al teléfono). Yo hablo de esos cambios de los que vienen de fuera y no son susceptibles de que haya adaptación.

jmsunico dijo...

... y de ahí se deduce una lección sobre como innovar. Innovar no debe ser un proceso puntual, ejecutado a ráfagas por necesidad, de forma reactiva a las amenazas, o de forma reactiva a la convocatoria de ayudas más o menos jugosas. La innovación debe ser continua y ejecutarse en pequeños y grandes esfuerzos, provocando evoluciones graduales del talento en una organización y dejando que el entorno externo de la organización e interno en el contexto de un plan estratégico descarte las no adecuadas, pero sin olvidarlas, para poder rescatarlas en el futuro, como la naturaleza, que rescata soluciones de cuando en cuando.

José de la Peña dijo...

Honrado por tu visita José Maria, al final vamos a poder hablar más en el mundo virtual que en el real pese a la cercanía. De acuerdo totalmente con tu reflexión.