jueves, 15 de enero de 2009

Vivimos en Extremistán, pero creemos que vivimos en Mediocristán


He leido estos días uno de los libros que más me han impresionado en los últimos tiempos. Me refiero a "El cisne negro" de Nassim Nicholas Taleb, de la editorial Paidós. Para explicar por qué, he de contar una pequeña historia personal. He trabajado algunos años en áreas de Estrategia con mucha ilusión, en especial desde la liberalización del sector de las telecomunicaciones en 1998. Sin embargo, siempre me sorprendió que, pese a que manejábamos mucha información, de fuentes muy solventes, mucha más información que cualquier otra persona normal, nuestras predicciones sobre lo que iba a ocurrir eran sistemáticamente fallidas, e incluso en el caso de que fueran acertadas en cuanto al fenómeno, siempre nos equivocábamos en el grado de éxito. Asi, en el plano de las tecnologías hay multitud de ejemplos de tecnologías disruptivas que no se vieron venir en su importancia (por ejemplo Internet), otras acabaron usándose para lo que no se pensaba (caso de redes sociales, los mensajes cortos, etc) y otras se pensaba que iban a tener éxito pero diez veces menos éxito (el caso de los móviles, el teléfono) y también al revés, lo que iba a arrasar, apenas despegó. En suma, tras creer que eso era porque yo no valía para este trabajo, finalmente dejé el mundo del pensamiento anticipado y me metí más en el mundo del día a día, de la prueba-error, en el que nos movemos casi todos, casi todo el tiempo.

Ahora este libro demuestra brillántemente, a través de sus 400 páginas, que estamos incapacitados para pensar en el futuro (que no era un defecto solo mío) ya que somos ciegos respecto a lo aleatorio, en especial frente a las grandes desviaciones. Los eventos inesperados no son la excepción en la evolución de cualquier sector o sociedad, son lo habitual. Hoy estamos metidos en una crisis creada por lo inesperado. No vivimos en lo que él denomina Mediocristán donde se cumple la curva de Gauss y en la que las pequeñas o grandes fluctuaciones pasan desapercibidas en la media y apenas la alteran. Vivimos en Extremistán, en la que cualquier desviación produce un gran efecto, un gran cambio. La curva de Gauss se cumple para las leyes del juego pero en absoluto para la vida. Es sorpendente también en el libro el fuerte ataque que el autor lanza contra esa curva y al estadística asociada a ella, en especial si se intenta aplicar a entender o predecir la realidad que nos circunda. Aboga por abolirla de los planes de estudio como un bien para la Humanidad.

Todo esto es porque vivimos en un sistema dinámico, la vida es un sistema dinámico, sometido a las limitaciones de lo no lineal, de la teoría del caos. Pequeñas variaciones en un parámetro inicial producen resultados muy diferentes. Además, como creemos que vivimos en Mediocristán, y no en Extremistán, no planificamos contando con las rarezas, planificamos con las medias y las proyecciones lineales y en frase del libro: "La incapacidad de predecir las rarezas implica la incapacidad de predecir el curso de la historia".

Evidentemente todo esto no es más que un mal y rápido resumen del libro. A lo largo de otros post me gustaría desgranar más frases y pensamientos del mismo pues da para muchas reflexiones. Incluso, su lectura, me ha hecho redescubrir a un matemático francés (Henri Poincaré)de principios del XX, del que tenía dos libros desde la Universidad (que no había leído) y que ya por 1905 (hace más de 100 años) se planteaba la raíz de nuestras limitaciones naturales para hacer predicciones del futuro.

Tampoco la biología ayuda, el modo en que funciona nuestro cerebro, para lo que parece estar optimizado no es para buscar la verdad sino para alejarnos de la incertidumbre aunque sea con explicaciones totalmente erróneas, pero eso ya lo dejo para otras entradas porque merece la pena detenerse en ello. Queda lo dicho como un modo de levantar la curiosidad por un magnífico texto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Hoy estamos metidos en una crisis creada por lo inesperado."

No puedes estar más equivocado. Hace años que gente muy preparada la viene prediciendo y explicando con mucho detalle por qué.

Estás mezclando cosas, la imposibilidad de hacer predicciones con la tecnología y la de hacerlas con la economía. Es muy claro en el primer caso, en el segundo se llama ignorancia.

En economía, la brutal intervención de la moneda y los tipos de interés están en la raíz de nuestros actuales problemas. En España hay un fenómeno muy particular que te ayudará a entender lo que digo: tenemos el doble de paro que el siguiente en la lista. A menos que uno sea zapateril a machamartillo (hay muchos, cosa interesante también, que tenga tantos seguidores un patán d eese calibre), se preguntará qué tiene de especial España. España tiene la legislación laboral más rígida entre los países de su entorno en cuanto a legislación, en cuanto a política, esa rigidez la han conseguido "vender" la izquierda y sindicatos como "logros históricos de la izquierda" cuando está produciendo milles de parados diarios (en Alemania, sólo con una crisis algo menor, están creando empleo).

Muchas cosas se saben en economía, lo que pasa es que TÚ no las sabes. Busca en economía y te pasará como a mi, que verás quién acierta. Pista: los keynesianos y, en general cualquiera que piense que Keynes NO era un charlatán por mucho premio Nobel que tengan, NUNCA han acertado nada.

José de la Peña dijo...

Es curioso que creas de verdad que la economía es más fiable para predecir el futuro que otras ciencias (si es que a las ciencias sociales se les puede llamara ciencias, que eso es otro debate). De todos modos creo que están sujetas a las mismas limitaciones sobre la predicción del futuro. Otra cosas es prever que tras una etpa especulativa vendrá una de crisis, eso no es una predicción precisa es solo una constatación del ritmo de la estupidez humana cuando se trata del dinero y de la avaricia. Creo que debes leer algo diferente a lo que sea que lees ahora, te hará bien para ampliar tus horizontes.

Anónimo dijo...

No he leido en profundidad ni entero "The Black shawn" pero si lo he hojedo...... Me ha gustado especialmente este párrafo, A ver que te parece


The Bottom Line

The beast in this book is not just the bell curve and the self-deceiving statistician, nor the Platonified scholar who needs theories to fool himself with. It is the drive to “focus” on what makes sense to us. Living on our planet, today, requires a lot more imagination than we are made to have. We lack imagination and repress it in others.

Note that I am not relying in this book on the beastly method of collecting selective “corroborating evidence.” For reasons I explain in Chapter 5, I call this overload of examples naïve empiricism–successions of anecdotes selected to fit a story do not constitute evidence. Anyone looking for confirmation will find enough of it to deceive himself–and no doubt his peers.* The Black Swan idea is based on the structure of randomness in empirical reality.

To summarize: in this (personal) essay, I stick my neck out and make a claim, against many of our habits of thought, that our world is dominated by the extreme, the unknown, and the very improbable (improbable according our current knowledge)–and all the while we spend our time engaged in small talk, focusing on the known, and the repeated. This implies the need to use the extreme event as a starting point and not treat it as an exception to be pushed under the rug. I also make the bolder (and more annoying) claim that in spite of our progress and the growth in knowledge, or perhaps because of such progress and growth, the future will be increasingly less predictable, while both human nature and social “science” seem to conspire to hide the idea from us.