sábado, 21 de mayo de 2011

#spanishrevolution



Hoy he vuelto a estar un tiempo en la Puerta del Sol, mirando, hablando y he vuelto a sentir la extrañeza de ver miles de personas sin un slogan común, sin unas consignas previas, sin un solo objetivo, sino miles, pero juntos, ocupando un espacio público, un espacio común. Felices de sentirse dueños de la calle, del poder de ser muchos, contentos del impacto mediático, aquí y en el mundo. Algo entre una fiesta y la sensación de estar viviendo algo nuevo, inédito. Cuando estás allí parece que el resto es irrelevante, que quien gane hoy es irrelevante, que los partidos y los líderes son irrelevantes, que una nueva etapa empieza. Te sientes parte de una de esas fotos de ese lugar, que verás en el futuro, como fueron por ejemplo las de la proclamación de la II República. El movimiento se extiende a otras plazas, grupos de personas se sientan en el suelo en la Plaza Mayor, en la e Benavente, Opera..., por todas partes en círculos y conversando y todo eso envuelto en el apoyo y la conversación paralela en las redes sociales, omnipresentes y gran apoyo de todo este fenómeno. Todo es un sueño y lo sabes, todos lo saben y hay un despertar de todo esto.


Sabemos que el lunes, los titulares ya serán otros, los medios tendrán otra novedad, los ganadores de las elecciones, los resultados, el reparto.... Los focos ya no estarán puestos en esto, como ya no lo están en el terremoto de Japón, Lorca o Haiti. Los medios y la atención necesitan novedades. El fenómeno habrá de sobrevivir a esta falta paulatina de atención mediática y a una necesidad imperiosa: buscar un objetivo o un número limitado de ellos que den respuesta al ¿para qué? Como estamos en una sociedad democrática, todo objetivo de cambio ha de plasmarse en leyes nuevas o en la modificación de las existentes y eso ha de hacerse en el Parlamento y para eso los partidos políticos y sus representantes serán irremediablemente imprescindibles. Esto significa que tarde o temprano esos objetivos que destilen todas estas asambleas y comisiones, todo este diálogo, en las redes o en la calle, habrán de ser canalizadas hacia partidos políticos. En este caso estos podrán ser partidos establecidos o se puede plantear incluso la creación de un partido nuevo, al estilo de lo que en su tiempo fue el partido Radical italiano. También los partidos existentes incorporarán algunas de las reivindicaciones y al hacerlo varios, esto producirá inevitables divisiones en el movimiento. Un mínimo análisis de lo oído me indica que a la vista de las excesivas reacciones en los medios de comunicación más conservadores a todo este fenómeno, parece que los partidos de centro o de izquierda son los que más fácilmente pueden integrar estas reivindicaciones pensando en renovarse para las elecciones generales del 2012.


¿Significa esto que esta "revolución cívica" no va a cambiar nada? En absoluto, todo lo contrario. El sentimiento que ha producido es el de que todo lo anterior parece ahora muy viejo. Los líderes actuales no parecen responder en absoluto a esta realidad, los mítines clásicos con sus banderas, sus eslóganes, son ya del siglo XIX, de la revolución industrial y todo esto ha quedado de manifiesto a la luz de la #spahishrevolution. Lo que venga partir de ahora ha de ser diferente. Se necesita una nueva generación de líderes, más cerca de esta nueva realidad, de esta mayoría de cambio y de esta interacción entre mundo físico y virtual. Queda mucho tiempo todavía para las elecciones generales y lo que ahora está ocurriendo va a acelerar la renovación real de los partidos, ha de hacerlo. Ya más del 60% de los españoels se declara usuario de Internet y cada año crece y lo hace más en los sectores en los que va más retrasado, por ejemplo en los mayores. Esto quiere decir que a medio plazo un ciudadano será también un usuario de Internet.


Internet produce un efecto de desintermediación en todos los sectores que toca, también en la política. Por eso en esta protesta no han sido necesarios ni relevantes los partidos políticos, ni los sindicatos, igual que está pasado en otros sectores con las discográficas, las editoriales, las agencias de viaje, etc. Las reclamaciones y las movilizaciones también han precindido de los intermediarios de la politica y si estos quieren sobrevivir a medio plazo han de buscar un nuevo "modelo" y un nuevo lenguaje. Cuando las acampadas pasen, lo que no habrá pasado es la necesidad de renovar cómo se hace política en este país. Los valores de Internet, la transparencia, la participación más directa han de incorporarse al modo de hacer política en la sociedad. Esto ha de ser inevitable y los que no lo hagan quedarán como una reliquia del pasado.


Igual que el sigo XX no empezó hasta el shock de la Primera Guerra Mundial que mostró la nueva cara de un mundo brutalmente industrial (también para la muerte), el siglo XXI ha nacido con todas estas revueltas en el Norte de África, con el voto de los islandeses, con la #spanishrevolution, con toda esta realidad de que hay un nuevo mundo virtual que al interaccionar con el mundo físico, produce fenómenos de difícil predicción y comprensión para las estructuras clásicas del poder y de la organización social actual.

Por último, hay un elmento que me asombra y es inspirador. Algunas de las ideas que basan este movimiento proviene de pensadores de más de 90 años. Gente de hace dos generaciones que vivieron un mundo en que hubo que tomar partido, tiempos duros en los que no cabía la tibieza o la indiferencia. Uno de ellos es Stéphane Hessel, luchador de la Resistencia frncesa contra el nacismo durante la II Guerra Mundial y que desde su libro "¡Indignaos!" nos decía :"de la indignación ha de salir hoy la lucha contra la dictadura de los mercados" o "la indignación es imprescindible por el compormiso que la sigue". De hecho los acmpados se denominan a sí mimso Inidgnados. Su libro estaba prologado en la versión española por otro de estos pensadores, también de más de 90 años, José Luis Sampedro que parece entender mejor todo lo que está ocurriendo que todos lo políicos de este país y lo cuenta muy bien en este video

Otro mundo está surgiendo, poco a poco pero inevitablemente. La #spanishrevolution es una de sus manifestaciones, y no será la última.








5 comentarios:

Miguel Angel Ivars Mas dijo...

Totalmente de acuerdo Jose, gran artículo.
Sea cual sea el resultado de las elecciones de hoy, esto no es más que el principio del cambio, de conciencia política y de nuestro papel en la sociedad y de las capacidades que tenemos como población para cambiar a mejor la situación que vivimos, y en general el mundo que nos rodea.

Saludos

elpresi dijo...

¡Excelente post!. La ciudadanía digital está empezando a gobernar los cambios. Por eso, debemos seguir apoyando al 15-M, y, un día como hoy, votar solo a aquellos partidos que recojan las reivindicaciones de este «Pandemónium inteligente». Auguro grandes éxitos a esta movida. El movimiento 15-M es más que un partido. Puede tener tanta fuerza o más que los "mercados", sin necesidad de presentarse a las elecciones. La marcha de fin de fiesta prevista para el próximo 15 de junio, desde Sol hasta el Congreso, deberá ser un éxito. ¡Temblad, malditos! ¡Los "sin-poder" ya hemos despertado! El futuro es inteligente y hay que hacer uso del "voto inteligente". Lo mismo que poco a poco iremos asumiendo un consumo inteligente y una banca solidaria que apueste más por las personas que por las cosas; y, por supuesto, también iremos respetando cada vez más el medio ambiente y a la única Tierra que tenemos. Pues, de lo contrario, si seguimos como hasta ahora... ¿No estaríamos construyendo un Mundo Zombi, esto es, un mundo de gilipollas? http://t.co/yDIO45Y

Juana dijo...

Este es un movimiento lento y seguido, sin prisa, con miles de personas conectadas, paciencia .... esto se mueve, pero no a velocidad de crucero .... escelente post

elpresi dijo...

15-M Versus 22-M

¿Qué le pasa a la sociedad española? ¿Es acaso una sociedad enferma? ¿No será más provechoso preguntárselo a los neurólogos antes que a los sociólogos? ¿Qué es lo que nos pasa? ¿Cuál es nuestra enfermedad?

En efecto ¿ Cómo se explica que mientras miles de jóvenes --y no tan jóvenes-- protestan desde el 15-M por las calles y plazas en más de 50 ciudades españolas, criticando a nuestro sistema electoral y a los partidos mayoritarios con sentencias tan significativas como “«¡No hay pan para tanto chorizo!»”; otros miles de españoles, por otro lado, votan el 22-M, y le dan la mayoría al partido que llevaba más imputados por corrupción en sus listas?. Pero... ¿Qué nos está pasando? ¿Cómo es posible que haya tanta desconexión?. Una sociedad que evoluciona de esta forma, sin ser capaz de establecer conexiones fijas, sin sinapsis... es una sociedad enferma. Como nuestros cerebros, cuando nuestras redes neuronales no son capaces de establecer nuevas conexiones, nuevas sinapsis, es porque padecemos alguna enfermedad neurológica grave. Las sociedades como las personas también pueden padecer enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o el Autismo. ¿Cuál será la nuestra?

http://t.co/sBo8p5O

elpresi dijo...

¿Estamos perdidos, pues, o aún tenemos remedo? ¡Todo tiene arreglo!. Pero lo primero que deberíamos hacer es reconocer la enfermedad. Lo segundo, obtener un buen diagnóstico (aquí tenemos que contar no sólo con sociólogos, psicólogos, politológos... sino sobre todo con neurólogos, pero nunca con los políticos y partidos de siempre). Tercero, elaborar un buena estrategia de transformación y cambio (la movida del 15-M va por muy buen camino). Y, cuarto, paciencia ¡mucha paciencia! Las transformaciones culturales son lentas. Hará falta educación, educación y educación. Este tipo de transformaciones culturales basadas en la educación y en un cambio de paradigma, son incluso mejores y más perdurables que las revoluciones. Éstas, en algunos casos, pueden ser 'recidivantes' (éste es un término comúnmente usado en medicina, para describir que una enfermedad que aparentemente ya esta remitida vuelva a reaparecer). ¿No os parece?